Café Filosófico Online para compartir un café y la vida

Un café filosófico es un espacio de diálogo y reflexión sobre cualquier tema, que además de la filosofía, se combina con el sabor de un buen café, un té o un chocolate caliente. El café filosófico puede tener múltiples propósitos, como son promover el pensamiento crítico, fomentar el diálogo y la tolerancia, explorar puntos de vista y solución de problemas, promover la ciudadanía comprometida, combatir la superficialidad y hablar a profundidad sobre cuestiones importantes para nosotros.
La propuesta de este Café Filosófico Online es crear el espacio para dar voz a los hechos de vida que de otro modo quedarían en el anonimato, con el fin de tener historias compartidas y fomentar una comunidad de reflexión filosófica y crecimiento personal.
Necesitamos de un espacio para sentirnos menos solos

En otros tiempos, los integrantes de la familia se reunían para compartir historias que en adelante se convertían en narrativas comunes; es decir, referencias culturales compartidas con las que construían identidad y se hacían de criterios para interpretar y actuar en el mundo. En los recintos religiosos las personas encontraban ideas y creencias que constituían una guía para la vida. En tiempos más recientes, la familia se reunía frente a la televisión y compartía series, caricaturas, comerciales, noticias que, a pesar del enajenamiento, por lo menos comentaban posteriormente y formaban parte de una memoria compartida. En la actualidad hay tantas narrativas y medios de difusión que cada individuo parece existir dentro de su propio nicho. Esto nos arraiga a un solipsismo que, si bien nos da la sensación de mantenernos más conectados con el mundo, al final nos hace sentir más distantes de él y más solos.
Ahora bien, los espacios públicos no parecen más escasos; hay parques, gimnasios, centros culturales, casinos, equipos deportivos, grupos literarios, cinéfilos. ¿Por qué hay tanta sensación de soledad entonces? ¿Qué necesitamos para sentirnos acompañados? ¿Por qué muchas veces esas compañías en lugar de hacernos sentir más integrados nos hacen sentir más solos? Quizá la respuesta esté en la calidad del compartir. Quizá son las historias que se almacenan en nuestro interior y se quedan como diamantes enterrados. ¿Quién nos escucha, a quién escuchamos? ¿Cuáles son las historias de vida que compartimos con el otro y cómo nos dejamos afectar por ellas? Ante estos cuestionamientos surge la iniciativa de crear un espacio para compartir y dialogar sobre nuestra vida, un lugar para, idealmente, sentirnos menos solos.
Narrativas compartidas para co-construirnos en comunidad

Tampoco es que carezcamos de narrativas con las que identificarnos como miembros de una comunidad; paradójicamente, no es la carencia el problema, sino el exceso de narraciones. La multiplicidad de narrativas que nos resultan ya sea entretenidas, constructivas, interesantes o una guía de vida nos deja poco tiempo e interés para ocuparnos de las narrativas de otros. ¿Cuántos temas no hay en el mundo? Aunque cada experiencia es importante para el individuo que la ha vivenciado, se queda en la individualidad y, al no ser del interés de otro, permanece sólo como una anécdota más que una experiencia comunitaria. Individuos juntos en un espacio y tiempo viven a la vez separados por aquello que los hace únicos. Tableta, smartphone, consola, televisión, radio, YouTube, Facebook, Instagram, teatro, películas, fútbol, trabajo, cocina, libros, colegio, familia, anime, manga, Dios. De todo y para todos: lo que hace falta es el interés y la paciencia de otros para escucharse y dialogar a profundidad.
¿Qué significa hornear un pastel de chocolate que nuca antes nos había salido? ¿Qué significa el abrazo de un niño desconocido? ¿Qué quiere decir nuestro primo cuando nos cuenta que todavía no encuentran el One Piece y qué será? ¿Has escuchado Running Up that Hill en tus audífonos? ¿Qué música tienes en tu playlist? ¿Qué fue lo que te dejó más marcado en tu último viaje? ¿Por qué uno no se anima a salir de casa y encontrarse con los otros? Las experiencias que debían acercarnos a los otros acaban por alejarnos de los demás. La vivencia se queda dentro de nosotros, nos faltan testigos interesados en la profundidad de nuestro ser y lo que nos importa. ¿Y ellos nos importan? ¿Cómo nos afecta lo que viven, cómo nos construye, cómo nos transforma? ¿Será que saberlo nos podría acercar más?
Propósito y dinámica del Café Filosófico Online

El propósito de este café filosófico es compartir esos hechos de vida que constituyen nuestras historias únicas y así trascender de lo privado a lo público mediante una co-construcción comunitaria. Compartir nuestras experiencias y reflexionar sobre cómo nos han edificado y pueden aportar a los demás. Compartir con los demás la vida y ser y tener testigos de lo que nos importa. El fin es hacernos de memorias compartidas, dialogarlas a profundidad, saber qué significan para nosotros y, al final, sentirnos menos solos en el mundo.
La dinámica de este Café Filosófico consiste en que cada participante traiga algo a compartir, cualquier cosa vivida: una historia de su semana, alguna noticia que le llamó la atención, una opinión sobre la que quiera dialogar en comunidad, un pasaje de un libro, una canción, una imagen. El tema es libre. De manera breve, cada participante pone en común su experiencia. La comunidad elige una de las experiencias sobre la que quieran dialogar y el elegido cuenta más a detalle lo que propuso. A partir de ahí se suscita un diálogo reflexivo en el que cada uno puede contribuir con sus propias experiencias, interpretaciones, opiniones, creencias, filosofías, con el fin de enriquecer la historia compartida.
La propuesta de este café es crear un espacio cordial y seguro, con exigencia filosófica para dialogar. Se trata entonces de acompañarnos como comunidad reflexiva en un espacio que resulte idealmente transformador. Cualquier esfuerzo para compartir de esta manera nos construye como comunidad que busca combatir la superficialidad, apoyarnos para indagar juntos los temas que nos importan y acompañarnos en el crecimiento personal. Quizá el único requisito sea la disposición para escuchar y dialogar con los demás en un ambiente respetuoso, acompañados, desde luego, de un buen café.